¡LEVÁNTATE!
Cuando pienses que ya estás demasiado grande para
seguir caminando… ¡Levántate!
Si crees que la pendiente es sumamente empinada… ¡Levántate!
¿Piensas que la carga es enorme y tus fuerzas son
mínimas?… ¡Levántate!
¿La neblina es tan espesa que no te deja ver más allá
de tus narices?... ¡Levántate!
Aquél que dijo que era imposible,
tal vez no escuchó en su interior la voz íntima que le decía:¡Levántate!
¡Levántate y anda! le dijo el Maestro
a Lázaro, y caminó no por obra externa, sino porque en el fondo siguió la voz…
su voz… su propia voz que lo impulsó.
¡Levántate! ¡Levántate! ¡Levántate! ¿Acaso no te das cuenta que ya estás de pie?
Abel Pérez Rojas
Lidia López Peregrina
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